top of page
Foto del escritorHipnoLleida

Cómo quererse a uno mismo


Cuando tienes una cita romántica, o quedas con un amigo o un familiar que te cae bien, ¿qué haces? Probablemente trates a esa persona con atención, amabilidad y cariño, uses palabras agradables y pases un rato ameno. Haces todo eso porque la persona te cae bien, y tú le caes bien a ella.

Pero, ¿cómo te cuidas a ti mismo? ¿Te tratas con la misma consideración? ¿O eres muy duro contigo mismo? Responde con sinceridad.


¿Te castigas cuando no consigues un objetivo?


¿Usas malas palabras en tus pensamientos siempre que cometes un error? ¿Eres mucho más estricto contigo mismo que con cualquier otra persona? Si este es tu caso, tu amor propio se está viendo perjudicado. Al igual que no te gustaría que una persona te tratase mal, tampoco te vas a gustar a ti mismo si tus reflexiones internas y tus acciones son groseras y sin delicadeza. Por eso, cambia tu voz interior para tener una conversación positiva, y siente cómo aumenta tu amor propio casi instantáneamente.

Ama tu vida tal y como es, y tendrás la vida que quieres. Quien tiene una autoestima baja y no consigue quererse a sí mismo casi siempre se aferra al deseo de que la vida sea diferente. Es la vieja trampa de pensar que la vida sólo sería mejor si tuvieses unos kilos de menos, unos números más en tu cuenta, o cualquier otro objetivo externo.


Si te aferras a estas metas como condición para ser feliz, podrías tomar acciones drásticas para alcanzar tus objetivos. De esa forma acabas tratándote mal, con palabras duras, poca comprensión y altos niveles de exigencia.


Eres mucho más estricto contigo mismo que con cualquier otra persona. Esto es una trampa por dos motivos. En primer lugar, si te maltratas y te obligas a hacer algo de forma estricta, vas a crear un resentimiento contra ti mismo y contra ese camino forzado. En segundo lugar, aunque alcances un objetivo, tu cerebro va a pensar en una nueva meta y va a reiniciar el ciclo de condicionar tu felicidad a algo que todavía no tienes. Por el contrario, si amas tu vida tal y como es hoy, sin aferrarte a deseos de cambio, tendrás la vida que amas de forma inmediata.



Desapegarse de los deseos hace que te trates mejor. Cuando te tratas mejor, cultivas tu amor propio. La forma más directa de aumentar tu amor propio es aceptando quien eres hoy. No compares tu vida con la de los demás por no tener ese cuerpo, esa cantidad de dinero o esa relación. Esto no significa que debas renunciar a tus sueños.

Pero es importante que no condiciones tu felicidad al cumplimiento de esos sueños. Hay un dicho popular que dice que no existe ningún camino hacia la felicidad, ya que la felicidad es el camino.


En vez de decir que serás feliz si consigues un objetivo u otro, acepta lo que tienes y elimina los bloqueos para ser feliz. Cuando te sientes feliz con lo que tienes, se hace más fácil conseguir metas que vengan de una necesidad real. Es decir, objetivos que no nacen de una comparación forzada con personas que viven diferentes realidades.

En este estado positivo de felicidad, vas a hablar contigo mismo con palabras amables, vas a ser comprensivo con tus errores, y te vas a centrar en aprovechar cada paso del camino. Ten cuidado con la forma en la que te hablas a ti mismo. Una voz interior positiva es esencial para aumentar tu amor propio. La voz interior es esa conversación que tenemos en nuestra cabeza. Esa voz que muchas veces es más estricta con nosotros que con alguien que nos cae bien.


Para mejorar este diálogo interno, lo ideal es que superes las creencias negativas que tienes sobre ti mismo.


Esto se puede hacer con la ayuda de un especialista en sesiones de terapia, y a través de un proceso de autoconocimiento. Presta atención para ver si tus conversaciones internas tienen siempre una tendencia a la negatividad. Observa si tu enfoque interno está siempre centrado en las cosas que no tienes, en los objetivos que no has conseguido. Si fuera ese el caso, quita ese filtro de negatividad.

Deja de exigirte la perfección. Mantén tus sueños, pero no te castigues por cada error que cometas. Esto sólo te hará enfadarte contigo mismo. Y eso te dificultará alcanzar tus objetivos. Así que haz un trato contigo mismo: deja de insultarte y de exigirte un perfeccionismo inalcanzable.

En su lugar, reescribe el guión de estas conversaciones internas. Adopta el filtro de la positividad cada vez que te hables a ti mismo, sobre todo para alcanzar tus objetivos personales. Pon en práctica el amor propio centrándote más en lo que ya tienes y menos en lo que no tienes.


Uno de los problemas cuando nos aferramos demasiado a obtener objetivos externos es que creemos que nuestra vida es horrible. Que nosotros mismos tenemos poco valor.

Esto ocurre porque perseguir un objetivo significa centrarnos en lo que no tenemos. Por ejemplo, piensa en alguien que tiene como objetivo hacerse millonario. Si se aferra demasiado a esa idea, siempre va a estar centrándose en lo que le falta para llegar al millón. En este proceso, esa persona puede empezar a compararse con millonarios, y creer que su vida es mala. Al fin y al cabo, no tiene acceso a una riqueza financiera.

El problema es que esa persona ha dejado de valorar lo que ya tiene. Todo el dinero que ha acumulado, todos los bienes que ya ha comprado, la salud que tiene, todos los amigos que ha hecho por el camino.


El apego a lo que nos falta nos ciega ante todo lo que ya hemos conseguido. Si condicionamos nuestra felicidad a algo que no tenemos, empezamos a odiar nuestra vida o incluso a nosotros mismos sólo porque no hemos conseguido esos objetivos. Una forma de salir de este círculo vicioso es la gratitud.

Haz una lista de todo lo que ya tienes, desde bienes materiales hasta bienes inmateriales como salud, educación, familia, amistades y experiencias. Y agradécelas. Celebra y recompénsate por cada una de esas cosas, observando lo bien que te va en diversas áreas. Siempre que te encuentres en una espiral de negatividad, pensando en lo que todavía te falta o comparándote con otras personas, coge esa lista de cualidades y céntrate en lo que ya tienes.


Al principio puede parecer extraño, pero tu autoestima se fortalece cada vez que practicas el amor propio.

Con el tiempo, te vas a acostumbrar a hablar contigo mismo de una forma más amable, y te vas a desapegar de objetivos que obstaculizan tu felicidad. Para quererte más a ti mismo, aprende a tener una voz interior centrada en la positividad. Trátate bien, de la misma forma que tratarías a un amigo que te cae muy bien. Una buena táctica para mejorar tu conversación interior es dejar de condicionar tu felicidad al hecho de cumplir metas. Céntrate más en lo que tienes y menos en lo que todavía no tienes.


Esta es una de las técnicas de la psicología positiva que pueden aumentar tus niveles de felicidad.



Dr Marcos Cabezas

Psicoterapeuta MCCPSICO


www.mccpsico.com

Comentários

Avaliado com 0 de 5 estrelas.
Ainda sem avaliações

Adicione uma avaliação
bottom of page