¿Crees que todo pasa por alguna razón? Encara la vida y siente las adversidades como oportunidades de aprendizaje y de crecimiento. Si eres una persona que cree que todo pasa por alguna razón, has logrado una actitud que te fortalece. Y si, por el contrario, te sientes víctima de la injusticia y no entiendes el porqué de las cosas, tienes mucho que aprender. La vida es una montaña rusa en la que se alternan lo bueno y lo malo.
Hay momentos en los que eres feliz y sientes que el mundo te sonríe.
Pero hay otros en los que las adversidades te maltratan. Y esta es la realidad de todos. La diferencia entre las personas que son felices y los que no lo son está en la actitud con la que se paran frente a la vida y encaran esos momentos que les causan infelicidad. Algunos se dan por vencidos y se encierran a llorar y a lamentarse.
Pero los que realmente triunfan, son los que analizan el momento que viven y están convencidos de que todo pasa por alguna razón. Confía, La vida no es lineal y cada día te trae sorpresas. Por ello, solo actúas conforme al presente, no permitas que te obsesione el futuro, mejor confía en él. Ten en cuenta “Lo que entregues al universo, el universo te lo devuelve”. Todo lo que te sucede tiene una razón, así que si estás viviendo una difícil situación reflexiona sobre el mensaje que te está dejando o mejor la enseñanza que trae consigo.
Ya sea en temas económicos, en temas de salud o de amor.
Pero todo ello se consigue si trabajas y si confías. La confianza en ti y en el futuro es esencial para reciclar las emociones negativas. ¿Qué implica creer que todo pasa por alguna razón? Creer que todo pasa por alguna razón implica entender que en algunas situaciones tienes parte de responsabilidad, no lo malinterpretes, hay comportamientos y actitudes que son causa de eventos que perjudican.
Esto es fuerte de asimilar al principio, pero aquí te mostramos las razones. La falta de información y la ignorancia de las personas que van por la vida improvisando, sin investigar las circunstancias que viven, sin atender al momento, sufren más acontecimientos negativos. Son las que hablan de ‘mala suerte’, y lo que hacen es trasladar la responsabilidad a terceros. La falta del ejercicio de la anticipación y de previsiones, Anticipar es prever, es analizar las consecuencias de una acción que todavía no se ha realizado. Las personas que no anticipan, que no tienen el hábito de evaluar las consecuencias de una decisión o acción, tampoco entenderán que todo pasa por alguna razón.
Si tienes una idea de negocio e inviertes todo tu dinero en él, sin analizar el mercado, sin conocer absolutamente nada de él o de las verdaderas rentabilidades que pueda ofrecerte, por ejemplo, si el negocio fracasa, no es por la mala suerte que te persigue el resultado obtenido.
¿Y qué parte le toca a la divinidad en la razón de que pase lo que pasa? Las personas de fe, aquellas que creen que Dios, universo, ángeles, etc disponen los acontecimientos a los que se enfrentan cada día. Pero las religiones reconocen que existe el libre albedrío, que es la posibilidad de elegir el propio camino. La capacidad de decidir, y en esa posibilidad caben, precisamente, las estrategias de vida que te presentamos, Lo mejor que puedes hacer ante diferentes eventualidades es preguntarte ‘¿para qué me pasa esto?
’ y descubre que hay una oportunidad de cambio para que algo bueno ocurra.
Confía, Si activas tu mente, tu inteligencia, tu instinto, seguramente se reducirán las cosas malas y predominarán las buenas. Saber afrontar con inteligencia cada una de las etapas de la vida es fundamental para alcanzar el éxito. Sean momentos positivos o negativos, siempre es necesario evaluar qué aprendizaje trae consigo en tu vida. En la vida todo llega, todo pasa y todo cambia, Quieres que todo llegue lo antes posible, sueñas con tener una gran cantidad de experiencias extraordinarias, con recuerdos gratos, con exprimir la vida.
Más tarde llegan los triunfos, las desilusiones, las piedras en el camino… No obstante, de eso trata la vida, de avanzar, de asumir cambios y ser humildes en todo ese maravilloso trayecto vital. ¿Quién no ha querido alguna vez que algo llegue lo más pronto posible? ¿Y quién no ha deseado en alguna ocasión que un momento fuera eterno, que el tiempo se detuviera ahí mismo como esas rocas que se alzan firmes en medio del océano? No importa, porque los buenos momentos siempre se quedarán impresos en la memoria. Admitir que la vida transcurre un poco más cada día y que avanza con un tic-tac que nadie puede detener, es sin duda algo que asusta y que te obliga a reflexionar.
No obstante, no hay que tener miedo a ese camino, a ese avanzar. Eres un inquilino en este mundo imperfecto lleno de cosas maravillosas. No hay que tenerle miedo a los años, sino a la vida no vivida, a los años vacíos, huecos de emociones, de triunfos y por qué no, también de fracasos nunca experimentados. Esos de los que tanto aprendes. Reflexiona hoy brevemente sobre este avanzar de tu existencia, revisa estos aspectos permanentes que debes cuidar cada día para llevar una vida más plena.
En la vida todo cambia, excepto las esencias. Hay algunos elementos que deben ser puntos fijos en tu microuniverso particular: Tu autoestima, tu necesidad por aprender e ilusionarte, el amor, el respeto, la dignidad y tu necesidad por cultivar el crecimiento personal, deben ser pilares esenciales en tu día a día. Veletas que guiar con fuerza y entereza tu camino, sea cual sea. Hay veces en que en esta extensa aventura vital, declinas muchos de estos aspectos en favor de otras personas.
En algún momento de tu vida priorizas a otros hasta tal punto, que te olvidas de ti mismo. Y si bien todo es justificable si los sentimientos son intensos, hay que saber mantener el equilibrio.
Ofrecer a los demás hasta el punto de olvidar tus necesidades, te hará caer tarde o temprano en la frustración, y por tanto dejarás de avanzar. Cuando pierdes tu capacidad por ilusionarte, cuando tus días están aferrados a la preocupación o la insatisfacción, tu vida ha dejado de avanzar. El peso que acumulas te arraiga ya al sufrimiento. Respira, relativiza todo lo que te aferra y rompe las cadenas que creas necesarias… Puede que pienses también que otro aspecto que no debe cambiar a lo largo de la vida, son sin duda los valores.
Bien, sin lugar a dudas existirán esos esquemas básicos que nunca romperás como es el respeto, la honestidad, la valentía… No le tengas miedo a los cambios, son anclas que rompes para avanzar con un poco más de sabiduría de acuerdo a los actos vividos.
El amor que trasciende. El amor que sientes hacia los demás, es también un punto fijo en la esencia vital. Ahora bien, el amor no es una entidad estable en el tiempo. También el amor se transforma y se adapta. Un ejemplo de ello son las relaciones de pareja. Claves para asumir los cambios con sabiduría – Tú eres prioridad, el protagonista de tu vida y eres importante dentro de tu mundo.
No te aferres a los miedos o a la indecisión porque a largo plazo, llegará la frustración, el lamento por una vida no vivida.
– Nunca dejes de cuidar a ese “niño interior“. Debes ilusionarte por ti y por la vida, ser espontáneo dentro de toda la sabiduría que has adquirido. Disfruta de las cosas sencillas, ama, experimenta, atrévete. No te ancles a los errores del pasado ni te alimentes de nostalgias, la vida no espera a quien se detiene en sus propias oscuridades.
La vida busca luz y su propia libertad, permítete crecer con ella, con optimismo, con ilusión y sencillez. Cuando llegues a saber que todo está sucediendo para tu bien, entonces mantendrás la calma en cada situación y nadie podrá lastimarte. RECUERDA TODO PASA POR ALGUNA RAZÓN EN LA VIDA, para aprender, para crecer y para vivir mejor..
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